miércoles, 7 de diciembre de 2011

¡Madre, que no nos cansemos!


¡Madre nuestra! ¡Una petición!: ¡Que no nos cansemos! Sí, aunque el desaliento por el poco fruto o por la ingratitud nos asalte, aunque la flaqueza nos ablande, aunque el furor enemigo nos persiga y nos calumnie, aunque nos falten el dinero y los auxilios humanos, aunque vinieran al suelo nuestras obras y tuviéramos que empezar de nuevo...¡Madre querida…!¡Que no nos cansemos!
Firmes, decididos, alentados, sonrientes siempre, con los ojos de la cara fijos en el prójimo y en sus necesidades para socorrerlos y con los ojos del alma fijos en el Corazón de Jesús que está en el Sagrario, ocupemos nuestro puesto, el que a cada cual ha señalado Dios...


             ¡Nada de volver la cara atrás! ¡Nada de cruzarse de brazos! ¡Nada de estériles lamentos!
Mientras nos quede una gota de sudor o de sangre que derramar, unas monedas que repartir, un poco de energía que gastar, una palabra que decir, un aliento en nuestro corazón, un poco de fuerza en nuestras manos o en nuestros pies…que puedan servir para dar gloria a Él y a Ti y para hacer un poco de bien a nuestros hermanos…
¡Madre mía, por última vez!
            ¡MORIR antes que cansarnos!

                                                                      Beato Manuel González


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