martes, 3 de abril de 2012

Jesús, tú me desconciertas...


Espero recorrer mi  camino, a mi modo y según mis criterios
y Tú te presentas como el Camino,
que sólo se encuentra tomando la cruz de cada día.
Espero que todo el mundo hable bien de mí,
me considere, me tenga en cuenta
y tú te despojas de ti mismo, de tu Gloria.
Yo pienso que las cosas se consiguen
a fuerza de imponer mi voluntad
y tú te entregas amando hasta el extremo de la cruz,
la resurrección, la Eucaristía.
Escucho por todos lados que no hay que sufrir
y Tú asumiendo en ti mismo todo el dolor y
la impotencia de la humanidad,
te hiciste frágil, débil,  vulnerable como yo.
Gracias Jesús por desconcertarme,
Gracias porque desde la profundidad de mi dolor y mi soledad,
asumidos en tu amor, descubro que
sólo ante ti puedo postrarme en adoración,
Que sólo en tu corazón encuentro paz, verdad, autenticidad.
Por eso con Pablo proclamo: Jesucristo Tú  eres el Señor, Tú eres mi Señor.  AMÉN.



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