Nos espera un tiempo de gracia, una oportunidad para reaccionar; una ocasión para levantar la cabeza y vestirnos de fiesta. Y todo porque se acerca Jesús. ¡Vayamos a su encuentro!
Éstas pueden ser las claves para nuestro Adviento: La humildad, para andar en verdad, la esperanza, para confiar que Dios habita también el futuro; la oración, como tiempo reservado para tratar a solas con quien sabemos nos ama; la Palabra, para ponernos a la escucha del Señor, la caridad, para no dejar pasar de largo las oportunidades y salir al encuentro del hermano que necesita aliento para el camino.
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