¡Cuánto consuela y anima saber que los santos y aun los más señalados
por las grandes obras que han realizado, han tenido que sostener las mismas luchas que nosotros y han
sentido también las mismas debilidades y desánimos. Mas el Señor, a pesar de
estas flaquezas y contando con ellas,
los ha escogido para ser instrumento de su Corazón; después de todo, ¿no se
sirve Él, para la mayor de sus obras, la Eucaristía, de una pequeña hostia
expuesta por su fragilidad a tantos y tantos peligros...?

El secreto de los santos está en esto sólo: en desconfiar
totalmente de sí y en confiar mucho y únicamente en Dios.
(Beato Manuel González)
No hay comentarios:
Publicar un comentario