Orar en Cuaresma

     
    "Ha llegado la hora de que el Hijo del Hombre sea glorificado. Les aseguro que, si el grano de trigo caído en tierra no muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se aferra a su vida la pierde, el que desprecia su vida en este mundo la conserva para una vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde yo estoy estará mi servidor..." (Jn 12, 23-26)

     Nos cuesta entender la lógica del Evangelio, morir para dar vida. Pero desde el amor, toda entrega tiene sentido y se vive con esperanza. Como la semilla, que guarda en su interior la potencia de la vida, nuestras vidas están llamadas a dar, en Cristo, un "plus" de amor. Sí, ¡nuestra vida está llamada a dar mucho fruto! El sacrificio de hoy vale la espiga de mañana...

"Si el grano de trigo no muere en la tierra 
es imposible que nazca fruto...

Aquél que da su vida para los demás 
tendrá siempre al Señor..."