domingo, 29 de noviembre de 2015

Despierta. Recuerda que Dios viene

El Adviento es, por excelencia, tiempo de esperanza. Un año más se nos invita a permanecer en una espera activa, con la certeza que nos asegura, como nos recordaba Benedicto XVI, "que Dios "viene": viene a estar con nosotros, en todas nuestras situaciones; viene a habitar en medio de nosotros, a vivir con nosotros y en nosotros; viene a colmar las distancias que nos dividen y nos separan; viene a reconciliarnos con él y entre nosotros. Viene a la historia de la humanidad, a llamar a la puerta de cada hombre y de cada mujer de buena voluntad, para traer a las personas, a las familias y a los pueblos el don de la fraternidad, de la concordia y de la paz".

Una espera que se teje en la oración y en el amor, donde nos hacemos conscientes de que Dios "es un Padre que nunca deja de pensar en nosotros y, respetando totalmente nuestra libertad, desea encontrarse con nosotros y visitarnos; porque desea liberarnos del mal y de la muerte, de todo lo que impide nuestra verdadera felicidad, Dios viene a salvarnos.

Dejémonos preparar el corazón para que el Señor lo encuentre bueno y abierto y pueda colmarlo de sus dones. Sigamos el ejemplo de María, Virgen del Adviento, "para entrar de verdad en este tiempo de gracia y acoger, con alegría y responsabilidad, la venida de Dios a nuestra historia personal y social".


¡Feliz Adviento!

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