
A ese vuestro reparo, que más huele a desconfianza de Jesús que a humildad vuestra; el Corazón que palpita en el Sagrario os dice como a los Zebedeos: ¿Qué queréis que haga por vosotros?
Decídselo todo; todo, aun los desatinos, y estad ciertos que su respuesta será la respuesta de la Misericordia que preserva, cura, alegra, ilumina, levanta y transforma, ¡como de Jesús!
(Beato Manuel González)
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